viernes, 15 de octubre de 2010

Motivo nº 1

Comienza la serie de "Motivos para suicidarse sin morir", pretenden ser al menos 50, pero todo irá en función de lo que se nos vaya ocurriendo...

Cuando me desperté ya era consciente de que el día no iba a ser "especial" ni nada por el estilo, no vivo en una película de Hollywood, me conformaba con un día mediocre, como el resto, pero no, siempre aparece alguien para joderlo y convertirlo en una película de serie B, y yo, sin posibilidades físicas de huir corriendo. -"Lástima, gajes del oficio, aún puedes soportarlo"- pensé, ilusa de mí.

Tras atravesar la puerta me di de bruces con mi enantiómero de más de 50 y un escalofrío me recorrió la espalda al pensar que me quedaba poco tiempo para que empezase a, sutilmente, organizarme la vida, soltar sermones y decir cosas sin sentido mientras yo asiento con la cabeza, sonrío y se me abre la úlcera.

Ya en el bar me dispongo a empezar a fumarme la cajetilla de tabaco, que seguro, acabaré en pocas horas en vista de lo que me espera, mientras una mujer detrás de la barra me grita como una loca que ahí no se puede fumar, lo que se me antoja gracioso, porque hay cartelitos que prohiben fumar en ciertos locales, pero aún no he visto ninguno que prohiba matar activamente, podrían olvidárseme ciertas normas de civismo y necesito que me las recuerden.

Ya va siendo hora de comer, o intentarlo, mientras un hombre agita unos tentáculos de calamar y a alguien le da un brote esquizofrénico y grita consignas contra el Gobierno. Mi úlcera ha decidido que hoy no como.

viernes, 1 de octubre de 2010

De otros tiempos, Mª José

Rescatando libretas de las estanterías y remodelando cosas escritas ha salido esto...

"Lo único que me hipnotiza es oir unos dedos despegarse de las cuerdas de una guitarra y una voz podrida del humo del tabaco entonar las notas que nadie quiere tocar y recitar las palabras que nadie quiere oir"

y algunos poemas que suben el azúcar.