jueves, 30 de diciembre de 2010

Motivo nº 2

Sólo anhelaba que mis huesos entrasen en calor, el invierno húmedo me los había vuelto mohosos y blandos como un viejo papel, en cuyas líneas hay descritos cientos de golpes y caídas.

Entré en un lugar tan cálido como lleno de llantos, que fragmentaban un corazón de cristal colocado sobre un destartalado árbol de navidad, maltrecho por el paso de los años.

Una pequeña criatura de tez blanquecina y cabello de un color indescriptible cogía aire a bocanadas, como si en cada aliento mordiese y se aferrase a la vida. Entre cada exhalación hacía un nuevo esbozo de llanto en el que ya no salían más lágrimas... ni falta hacía. Su destino está escrito en un libro en cuyo título sólo figura un apellido que, al leerlo, retumba en los tímpanos como un funesto presagio, y en su prólogo reza: "En ausencia de metal, las ostias son más duras"

Al salir recogí los restos de cristal del suelo, los guardé en mi bolso y salí con la esperanza de que al menos, por hoy, no se rompería más.

martes, 28 de diciembre de 2010

Traslocación (Mª José)

Vino mañana,
Ira(á) ayer,
Todo en grandes copas
Para masticar a pequeños sorbos.

Mañana será (mejor, quizá) por Mª José

-¿Qué día es hoy?
-Martes 28
-¿Y mañana?
-Miércoles 29
-¿Y el Jueves?
-30
-¿Y el viernes?
-El viernes... el viernes es sábado, joder!!!

Desde que sé que cada día me quieres menos que el siguiente, sólo espero que pase el tiempo para comprobar si es cierto, porque puedo firmar sin titubeos que, por el devenir de mi vida, yo podré errar cada día más, hacerme menos merecedora de tu cariño y así convertirte en mártir.

En el fondo no soy tan mala...

viernes, 15 de octubre de 2010

Motivo nº 1

Comienza la serie de "Motivos para suicidarse sin morir", pretenden ser al menos 50, pero todo irá en función de lo que se nos vaya ocurriendo...

Cuando me desperté ya era consciente de que el día no iba a ser "especial" ni nada por el estilo, no vivo en una película de Hollywood, me conformaba con un día mediocre, como el resto, pero no, siempre aparece alguien para joderlo y convertirlo en una película de serie B, y yo, sin posibilidades físicas de huir corriendo. -"Lástima, gajes del oficio, aún puedes soportarlo"- pensé, ilusa de mí.

Tras atravesar la puerta me di de bruces con mi enantiómero de más de 50 y un escalofrío me recorrió la espalda al pensar que me quedaba poco tiempo para que empezase a, sutilmente, organizarme la vida, soltar sermones y decir cosas sin sentido mientras yo asiento con la cabeza, sonrío y se me abre la úlcera.

Ya en el bar me dispongo a empezar a fumarme la cajetilla de tabaco, que seguro, acabaré en pocas horas en vista de lo que me espera, mientras una mujer detrás de la barra me grita como una loca que ahí no se puede fumar, lo que se me antoja gracioso, porque hay cartelitos que prohiben fumar en ciertos locales, pero aún no he visto ninguno que prohiba matar activamente, podrían olvidárseme ciertas normas de civismo y necesito que me las recuerden.

Ya va siendo hora de comer, o intentarlo, mientras un hombre agita unos tentáculos de calamar y a alguien le da un brote esquizofrénico y grita consignas contra el Gobierno. Mi úlcera ha decidido que hoy no como.

viernes, 1 de octubre de 2010

De otros tiempos, Mª José

Rescatando libretas de las estanterías y remodelando cosas escritas ha salido esto...

"Lo único que me hipnotiza es oir unos dedos despegarse de las cuerdas de una guitarra y una voz podrida del humo del tabaco entonar las notas que nadie quiere tocar y recitar las palabras que nadie quiere oir"

y algunos poemas que suben el azúcar.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Puntos suspensivos por Mª José

Mis tímpanos han experimentado un orgasmo al escuchar "Fare Thee Well, Miss Carousel" cantada por Van Zandt, mientras sube un dolor por la pierna y mis pulmones ansían henchirse de humo...
Los moratones de mi ombligo heparinizado claman por explotar como burbujas de jabón y dejar en el aire el olor a rosas marchitas que debería acompañar a este momento, pero no, hoy no me apetece estallar en una sinfonía acompasada de gritos, toses, improperios e indignación, me reservo para otro día que merezca más la pena crisparse, seguro que "Las chicas de Oro" con sus pérdidas de orina podrían asustarse, y aún podré poner la música más alto y cerrar los ojos para no observar semejante orgía de decadencia que llena el vacío buche de pájaro que habita en la cabeza de la gente que vive en la tierra que un día fue un "Imperio donde no se ponía el sol" y que hoy lo más parecido a un imperio es Inditex y lo más parecido al sol ; una bombilla de bajo consumo.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Oda a la patria perdida por Oly

Hace dos días que volví de una ciudad que nunca duerme, no porque no quiera, sino porque no la dejan.

Volví a recorrer sus calles por la noche, embelesada por sus luces, sus promesas y su pasado. Y no pude evitar, una vez más, sentirme parte de algo. Pero la puta realidad simpre gana la partida y ahora sólo quedan fotos y algunos papeles que demuestran que aquello no fue un sueño. Que volví a estar allí, volví a encontrarme, volví a soñar en frente del Globe, volví a enamorarme, a tener una aventura con un hombre que hace cuatrocientos años recorría esas mismas calles. Las baldosas no eran amarillas, pero era como estar en Oz. Mas, como hombre de ojalata, descubrí que le Mago no era más que una invención. No necesité golpear mis zapatos rojos para volver, una máquina de metal alada se encargó de acabar con todo ello.

Y ahora sólo quedan ideas tachadas en una libreta, y lluvia y cielos grises que me recuerdan a ella, a esas ciudad de la que no volvería.
Cuando todo acabe, me convertiré en una de esas palomas que tan poco me gustan para poder pasearme tranquila por Trafalgar Square.

sábado, 11 de septiembre de 2010

"Fractura tipo b, sin desplazar (Ni la fractura ni yo)" por Mª José

La siempre ingrata ciudad de Oviedo ofrece espectáculos esperpénticos,
al más puro estilo de "Luces de bohemia", y descensos sin paracaídas por ríos de agua y sidra, alucinaciones entre desmayos.

Consigue que su noche eterna sea abrigo para todos aquellos desharrapados y apátridas de la realidad, que son mecidos a su voluntad entre adoquines, cantos rodados y baldosas de mármol multicolor en el clímax de la oscuridad, para después despertarlos suavemente con el tibio olor a musgo y cerveza que emanan del amanecer rosado cuando se eleva desde algún punto indeterminado entre la Catedral y la Plaza del Paraguas.

Y no importa el día, ni el mes, ni el año, siempre hay un regusto a humedad en el tabaco, a sal en el agua y a tierra en el olfato, a dolor en el alma, a cicatrices que se niega a curar, a marcas de bala en las fuentes y en los edificios, y a una lucha fraticida entre los que quieren y los que no quieren olvidar, sin darse cuenta de que esta ciudad es el olvido y la memoria en sí misma, que permitirá que seas olvidado pero siempre te hará recordar. El dolor y la nada.

Y yo aquí, apoyada entre dos mástiles con el vaivén de la mañana y rodeada del caos que reina en esta habitación, intento organizarlo todo mentalmente para aunar fuerzas y reptar hacia el pasillo para poder decidir si sigo adelante o me paro en el camino a descansar.

jueves, 19 de agosto de 2010

Humo, espejos y Rock 'n' Roll por Oly


Una calavera
Que me devuelve el espejo.
Alguien ha muerto
Y no sé aún quién.

Ojeras, palidez,
Llanto, llanto, llanto...
Y, una vez más,
Soy yo frente a la barra de un bar
Bebiendo.
Multiplicando alcohol,
Dividiendo sentimientos.

Besos, whisky, ron
Corren por doquier.
Y yo sigo aquí,
Esperándote.
Borracha de la música del Diario,
Soñando con que llegues hasta mí.

Amor, relaciones,
Mujeres lobo...
Nunca llegarás
Porque yo siempre huiré.

No vale la pena esperar.

sábado, 10 de julio de 2010

Seres del inframundo (Mª José)

A veces hablo con mi perro-oso y le cuento cómo murió Frosti, absorbido por la "vaporetta".
No hubo sangre, sólo alaridos y vapor de agua... Ahora ya no puede haber otro monstruo de la pelusa, por el maldito invento de las camas-nido, pero en Madrid está surgiendo otro ser bajo el televisor.
"El mundo real" (como alguien llamó a lo que había debajo de mi cama) era la idílica ciudad dónde habitaba, con barbies y autocaravanas rosas.
Ahora Frosti ya no está, sólo hay cajones llenos de pijamas, cosas absurdas y, quizá, algún recuerdo o alguna idea.

Y mi perro-oso da vueltas dentro de la lavadora, para luego colgarle por las orejas.

sábado, 26 de junio de 2010

Final Alternativo por Oly


Ella estaba sentada sola en el bar, bebía y fumaba. Huía de algo.
Él estaba sentado solo en el mismo bar, también bebiendo y fumando. Esperaba que algo le encontrara.
¡Qué curioso el Destino! El mismo bar sirve como escondite y lugar de encuentro.
Ambos personajes se miraron, ojos húmedos y tristes.
Podría contar que hablaron. Que él le robó una sonrisa y ella el corazón. Podría decir que ese bar, Paraíso para ellos, ya no volvió a formar parte de sus vidas. Ella había conseguido huir y él encontrar lo que esperaba.
Pero no lo diré.
También podría decir que, después de mirarse, ella se levantó y se fue, huyendo. Él se quedó, esperando.
Pero tampoco lo diré.
Sólo diré que en la historia de nuestras vidas, al igual que en ésta, somos nosotros quienes escogemos el Final.

domingo, 6 de junio de 2010

Desgracia de sentimiento por Oly

Me despierto de una pesadilla
Que tuve sin estar dormida.

Había alguien a mi lado
Sujetando fuerte mi mano
Y susurrando,
Susurrando muy alto,
En mi oído,
Lo mucho que me amaba.

En esa pesadilla
Yo sonreía,
Devolviendo los susurros
Con un beso en los labios,
Un beso fugaz,
Tierno,
Pero lleno de sentimiento.

Desperté de tal pesadilla
Toda entera temblando
Y con lágrimas,
Saladas e infinitas,
Bajando por mi rostro.

Ese momento
Al que mi mente me llevó
En un segundo de distracción
Fue mi mayor pesadilla.
Horror de alegría,
Monstruosidad de placer.

Y, a veces, pienso si estar sola
no se ha convertido en uno más de mis vicios.

martes, 1 de junio de 2010

Mujer Lobo por Oly

Acabé con tu vida.

Desfiguré tu rostro,
Ése que era mi adoración.
Amputé tus manos
Que aún siento recorriendo mi cuerpo.
Troceé tus brazos,
De los que tantas veces huí.
Arañé tu torso,
La almohada que me reconfortaba.
Destrocé tus piernas,
Las mismas que te hacían correr hasta mí.
Incluso te dejé sin virilidad,
¡cómo gozábamos!

Acabé con tu vida.

Mis manos y mi corazón
Tienen la marca de tu sangre,
Como un tatuaje.

Rogaste que te amara.
Lo hice.
Eso llevó a tu destrucción.

Lo siento,
Debí advertirte...
Esto es lo que pasa cuando amas a una mujer lobo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Personaje de novela por Oly

Y hoy
No tengo ganas de moverme, amor.
Quiero quedarme en la cama.
Que hoy
No soy el Doctor Jekyll,
Soy Mister Hyde.

Hoy
No quiero que el Sol me sonría,
Ni que me alegre la tarde.
Porque hoy
Sólo quiero ser Kira vestida de novia
Corriendo a través de la nieve.

Hoy
Me voy a prohibir soñar
Para que no me sangre el corazón.
Hoy
Me voy a dedicar a cuidar mi Rosa
Encerrada en una urna de cristal.

Hoy
Tampoco existen las lágrimas,
Ni la pena, ni ningún sentimiento.
Porque hoy
Le voy a dar la bienvenida
Al año 1984.

Hoy
Se cerró el telón de mi teatro,
Tras la última escena de mi obra.
Que hoy
Viola enmascarada de hombre
No enamorará a ningún Rey.

Y hoy
No seré un guerrillero valiente.
No liberaré a ningún país.
Hoy
Sólo seré Dulcinea,
El sueño, el espejismo de un loco.

viernes, 7 de mayo de 2010

Rememorando por María José.

Cuando la brisa era tibia
y pasaba el tren humeando
bajaba a la vías a recoger
los restos de carbón
para tiznarme las manos,
negras las palmas,
negras las uñas.

Y se alejaban los vagones
con su pitido penetrante,
interminable y doloroso.
El traqueteo sobre las vías,
las piedras saltan bajo el tren.
Negras las piedras,
negras las vías.

Y ahora, gusto que me llamen María
"María, sube aquí inmediatamente"
Y yo subo, para no volver a bajar y
no tiznarme más las manos,
que ya está bien de tanto carbón,
de tanto jugar a mancharme,
y de "tanto hacer el indio"


(Tenía que escribir algo sobre trenes, no había más remedio...)

jueves, 6 de mayo de 2010

#4 por Oly

Y, en un rincón,
mi alma lamiendo los restos de cocaína
que hay sobre la mesa del pasado.

Un eco lejano por Oly

La joven caminaba por una calle, no especialmente vacía, no especialmente abarrotada.

A pocos metros alguien la seguía. No sabía si era hombre o mujer. Una capucha echada hacia delante tapaba su rostro.

La joven se inquietó, como siempre que recordaba que alguien la seguía. La persona desconocida llevaba meses haciéndolo, y la joven aún no se había atrevido a decirle nada.

"Un día de estos" se decía.

Una tarde, no especialmente triste, no especialmente alegre, la joven estaba sentada en la mesa de un café. Dos puestos más allá estaba esa persona que la seguía.

Se armó de valor y se sentó frente a ella.

- ¿Por qué me sigues?

Silencio.

- Contéstame. Esta situación es realmente insostenible. Vaya donde vaya te encuentro. ¡Ni siquiera sé quién eres!

Silencio.

- Está bien. Sólo quiero que me digas quién eres. Muéstrame tu cara.

Silencio.

- ¡Basta ya! ¡Di algo!

Silencio.

Por unos instantes la joven dudó si irse. Pero, en ese momento, la persona habló:

- ¿No lo entiendes? Estoy asustada. Yo no te sigo. ¿Crees que esto me gusta? Yo sólo quiero volver a mi mundo... Alejarme de ti. ¡Pero eres tú quien no me deja!

La joven no comprendía. La persona levantó su brazo dejando entrever una cadena.

Entonces, la joven comprendió. Esa cadena las unía. Y era ella quien tenía la clave para romperla. La persona anónima era la víctima.

La joven volvió la cabeza hacia la cara de su interlocutor. En ese momento la capucha desaparecía... Y la joven se encontró frente a frente con su pasado.

Missing you por Oly

He mordisqueado más de cincuenta labios después de los tuyos.
Y otros tantos hubo antes.

Pero ninguno que supiera igual...

Ninguno que me haya gustado tanto hasta hacerlo sangrar...

Perspectiva por María José

Después de una hora bajo el sol madrileño, tirada en un banco de la facultad leyendo a Pere Gimferrer, se me ha nublado la mente por falta de cafeína (cualquier cosa legal que acabe en -ína) y han florecido margaritas en mis orejas y cipreses en mi nariz.
A fin de cuentas, que yo, a lo que venía aquí era a escribir lo siguiente:

"Un desnudo puede ser hermoso, atroz o, simplemente eso, un desnudo"

Y ahora, a quien le dé la gana, que le busque tres pies al gato, que yo voy huyendo de un perro.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Desde el cielo de mi boca por María José

Ahora que tu torso me es ajeno, que jamás podré volver a contar tus lunares, ni mirar a las estrellas tendidos en el césped, ni buscar forma a las nubes, ni ver la puesta de sol en el horizonte.
Ahora que ya no es verano, me doy cuenta que, quizá, alguna vez, mereciste que te quisiera, aunque sólo fuera un poco.

viernes, 30 de abril de 2010

Bipolaridad por Oly

¿Qué me das que soy dos personas diferentes: una cuando estás y otra cuando me abandonas?

Si no estás, mentir es lo más fácil del mundo. Incluso a mí misma.

Pero cuando apareces...

¡Oh, Musa, Hermana, Amiga, Amante! ¡Qué me das - más bien qué me quitas - que, con tu sola presencia, todo vuelve a ser real!

Vuelvo a ser Segismundo en la cárcel, el mejor soliloquio jamás escrito.

Y te vuelves air. Entonces, me creo reina y embauco a todos a mi alrededor. Y la felicidad no tiene fin.

¡Qué me das, oh Luna - Musa, Hermana, Amiga, Amante - que cuando apareces vuelvo a ser la chica de los ojos más bonitos y más tristes del mundo!

Recopilación de frases.

Se me ha ocurrido recoger aquí grandes frases anónimas a partir del día de hoy (30/04/10), ya que esto va sobre locuras y sinsentidos, sigamos la tónica general:

"En Asturias no abren manicomios, sino los bares se quedarían sin negocio" (De Valladolid tenías que ser...)

"Fumar 'Bogüi' puede matar" (en una cajetilla de tabaco)

"Me cago en la gente" (alguien desde algún balcón)

"Bueno, marcho, voy a dar de comer a les pites" (Oviedo 4:00 a.m. Hombre extraño)

Actualizo con frases etílicas a la 1:00 a.m. (Jr dixit):

"-Si ahora metes las manos en arena eres un sanjacobo-
-¿Qué crees que es un sanjabobo?-
-Carne rebozada-"

"-Ayyyy! Me duele el hipocondrio izquierdo!-
-Eso que dices... ¿es una teta?-
-No (¬¬) es el páncreas-
-Pues se te está saliendo el páncreas por el escote-"

"Tienes la risa muy baja"

Alegación en mi defensa por María José

-Señor Juez, permítame unas palabritas en mi defensa. Le diré, con todos mis respetos, que aquí se me está juzgando sin conocer mis actos, sólo por la estela que parecen dejar... Me explicaré: Yo hice algo que no voy a negar y por razones más que evidentes. Asumo mis actos, pero ustedes ven en mi algo que yo no soy, hacen un perfil completo en base a eso que ven en mí, pero... ¿quién soy yo en realidad? Se me juzga por parte de lo que soy, y asumiré la culpa en ese aspecto, pero se han olvidado del resto. Soy consciente de que quizá no haya nada bueno en mí, pero, si lo hubiera, usted lo pasa por alto y juzga la imagen que desprendo. ¿Acaso no habría hecho usted lo mismo?-



-¡Jamás! ¿Cómo se le ocurre...?-



-De un día para otro me quedé vacía, sin apoyo de ningún tipo y no me quedó más remedio que obrar de aquélla manera... y ahora, al final de mis actos, se me juzga por dejar de obrar así. En su momento hice lo debido, lo correcto, lo que todos hubieran hecho... y ahora que veo el fin cerca, que ya no me satisface, se me juzga por abandonar mi magnífica obra en la cuneta. ¿Pero acaso por abandonarla dejará de ser magnífica? En un principio era una necesidad, luego una obligación y ahora es un lastre, aunque sea perfecto. Sé de sobra lo que estoy desdeñando, lo he hecho yo, yo lo he modelado con estas manos. ¡Mire! ¡mire mis manos! Aún sucias de tinta y sangre, no son lo peor que verá aquí, porque puede que mi alma esté peor, pero con estas manos forje ese ser y con estas manos lo arrojo. Dígame, ¿las juzgará por lo bueno o por lo malo?



-Aquí la juzgaremos por todo, descuide-


-¿Por todo lo bueno y lo malo, o sólo por lo que han hecho mis manos?-

-Por todo, señorita. ¿No sabe Usted dónde está?-

-A decir verdad, no, pero, por lo que veo, sé que no quiero estar aquí. Envíeme a dónde quiera, pero lejos de donde debo estar, porque volveré a hacer lo correcto y lo volveré a destruir.

jueves, 29 de abril de 2010

Yo soy Dios por Oly

Camino sobre las aguas
Como hizo Jesucristo.
Mis pasos son inseguros,

¿Y si Dios me abandona?

La última noche
-Luna llena-,
Convertí refresco en cerveza;
Cerveza en ron;
Ron en tequila;
Me convertí yo.

Espero un milagro
Que resucite
Lo muerto en mí.
Apesta.
El olor llega a los vecinos.
Estos me cubren de blanco
Y me cuelgan un cencerro.

¿Y si Dios me abandonó ya?

Un paso.
Otro.

El estridente sonido metálico
Perfora mis tímpanos.
(El sonido del cencerro
Colgado en mi cuello).

Y llega una nueva noche,
Una nueva Luna
-Ésta, menguante-.
A falta de pan y pez,
Multiplico whisky.

¿Y si Dios no existe?

A lo lejos
Fuego, destrucción.

El infierno sí existe.

Por fin, resucito.
¡Joven ave fénix!

Dios sí existe.
Soy yo.

Posguerra por Oly

Sólo cenizas.
Y humo.

Los restos de la batalla
Que pasó.
De la lucha encarnizada.
Escombros humeantes
Del fuego -¿purificador?-.
Recuerdos
De lo que fue un Imperio.

Paseo desesperada,
Tratando de recuperar
Algún resto útil.

Desolación.
No existen ganadores.
Ni rastro de los que perdieron.
Todo ha sido acabado.
¿Quién reconstruirá ahora el Imperio?

Me miro en un espejo roto.
Siete años de mala suerte.

A lo lejos,
El Sol de un nuevo día.
A mi alrededor,
Sólo cenizas.
Y humo.

Recojo mi cuaderno
-Que el fuego no purificó-
Y comienzo a andar.

Circunstancias 9.0 por Oly

Las noches son ya algo más cálidas. Para celebrarlo, la persona anónima se asoma a la ventana, mirando las estrellas.

Tirada en el suelo de la estancia está una Barbie descabezada. Es un baño. La Niña -que ya no es tan niña- vomita ruidosamente sobre el váter. Su madre golpea frenéticamente la puerta, La Niña -ya no tan niña- se mira al espejo y es incapaz de recordar por qué ella es más bonita que su Barbie de medidas perfectas.


Ha sido duro. Superman golpea duramente el saco de boxeo tratando de desahogarse, de sacar toda su rabia. "Unos minutos antes y... tal vez...". Nada podía haber frenado a aquel hombre que acuchilló a su mujer y a su hijo. A pesar de haber llegado tarde, Superman sabe que gracias a él, ese "hombre" ya no podrá hacerle daño a nadie.


Evitando la tentación, la Enamorada se refugia en su ajetreada vida. Aún recuerda la última vez que subió a la Máquina del Tiempo: llegó al bar de su vida anterior -de su vida con el Enamorado- buscando con ansia, con necesidad, los ojos marrones del Enamorado... y sólo encontró una mesa vacía.


El Visionario camina velozmente por la abarrotada acera. Choca con gente a la que no pide perdón. De camino a su enorme y ostentosa casa habla por el movil. "¡Imbécil! Te he dicho que no quería acciones de esa empresa... ¡Me importa una mierda!... ¡Deshazte de ellas!". Al entrar en su casa, pasa delante de su mujer e hijo sin morarlos, directo a su despacho. El Visionario sabe lo que es mejor para sus negocios.


Las estrellas resultan hipnóticas en noches despejadas como ésta. La persona anónima cierra la ventana pero tarda un rato en alejarse de ella.

Circunstancias 8.0 por Oly

Perdida en su nuevo futuro, la persona anónima fuma asomada a la ventana.


Vivían uno al lado del otro en un barrio obrero.
Así fue como Ella y Porros se conocieron.
Crecieron juntos, y la mayoría de sus “primeras veces” fueron juntos también.
Un día, muchos años después, se miraron sin reconocerse.

Calada tras calada, así pasa la vida de Porros. Son las dos de la madrugada, y por primera vez en días, no llueve. Sentado en el banco del parque que da a la ventana iluminada de Ella, rememora…
“Tienes los ojos más verdes que he visto nunca… Cuando seamos grandes, me casaré contigo, y te construiré un palacio”. Sonríe a la negrura mostrando los pocos dientes que le quedan -a causa de Eva-. Ésa fue la primera frase que le dijo a Ella, cuando a penas tenían seis años. La vida de Porros empezó –y acabó- con Ella.
Se esfuerza, pero no recuerda cómo llegó a esta situación… Crecieron juntos, y, a la vez que pasaba el Tiempo, su amor aumentaba. En un segundo de su adolescencia, pasaron de compartir litros y caladas en el parque a… esto.
<< ¡Ella debería ser la madre de mi hijo!>>.
En un segundo de su adolescencia, Porros rompió su promesa.

Agotada, Ella lucha por mantenerse despierta. Sabe que Porros está ahí abajo, en el parque, sentado en el banco que da a su ventana. Ella no baja la persiana… Ésa es la monótona conversación que tienen todas las noches: Ella escribe en su cuarto y Porros observa su ventana iluminada desde el banco del parque.
“Y yo lucharé siempre por ti. Nunca me rendiré… pase lo que pase”. Las lágrimas amargas emborronan lo que Ella escribía al recordar la primera frase que le dijo a Porros, cuando a penas tenían seis años.
¿Cuándo se separaron sus caminos? Ella lo sabe muy bien: Porros le ofreció algo nuevo, pero la belleza y las promesas de Eva no la engañaron. Fue sólo un segundo en su juventud. Ella espetó << ¡No!>> y se alejó. Justo ése fue el final de su vida juntos.
En un segundo de su juventud, Ella rompió su promesa.

Ella se hizo una mujer, persiguió sus sueños.
Porros destrozó su vida por un minuto de alivio con Eva.
Ella tiene una vida por delante.
Porros sólo tiene un pasado que olvidar.

La persona anónima enciende otro cigarrillo y permanece asomada a la ventana. Pero esta vez no observa lo que sea que siempre mira. Sólo cierra los ojos y siente la música de Chopin en el alma.

Circunstancias 7.0 por Oly

Incapaz de conciliar el sueño, la persona anónima vuelve a asomarse a la ventana por segunda vez esa noche. ¿Por qué dejó de hacerlo durante tanto tiempo?


Superman sonríe ante el espejo. Se mesa el cabello y se dispone a salir. No le pide más a la vida de lo que ya tiene. Ya en el coche patrulla, le llaman por la radio, y se dirige a salvar una nueva vida.

El Futbolista sale al recreo tras una mañana agotadora. Sus sueños se disiparon con el pasar de los años. Ya no juega al fútbol. En vez de eso, se sienta en silencio junto a su amigo el Moro y le da la mitad de su desayuno.

Los de la Capital disfrutan de la paz de ese lugar donde viven. ¡Quién se lo iba a decir! Ambos contemplan las Estrellas agarrados de la mano.

A pesar de los cambios hechos en su vida, Valiente se ahoga. Tirada en la cama, se recuerda que debe respirar.

Desde la furgoneta en que viaja Libertad, sentada al lado de la ventana, se ve una frondosa vegetación pasar a toda prisa. Sonríe y tacha un nuevo lugar en su mapa: Escocia. Escucha los ronquidos de la persona que tiene sentada al lado, y mientras piensa lo mucho que ama su vida nómada, se duerme.

En una moderna discoteca, el Coyote pide otro ron-cola a la exuberante camarera. Es un día para celebrar: Sábado. Tiene alcohol, MDMA y tabaco. Está dispuesto y preparado para la cacería.

“No hay dinero en todo el mundo que pague estos momentos”, piensa la persona anónima. Cuando por fin se duerme, una paz en forma de sonrisa descansa en su rostro.

Circunstancias 6.0 por Oly

Parece que han pasado años desde la última vez que observó por la ventana. La persona anónima se sabe de memoria la vista: es la misma que la de su infancia. Aunque ésta vez refleja también su futuro. La persona anónima respira hondo el frío aire que entra por la ventana abierta.


Han pasado años desde que el Impaciente sintió por primera vez “eso” al acostarse. La Soledad ha hecho presencia todas esas noches. Incluso ahora, cuando una melena rubia, adolescente como él, lo acompaña en la cama del motel.

Libertad mira la Luna de París. Lleva meses recorriendo carreteras junto a sus amigos: “los melenudos”, como los llamaba su padre –una leve sonrisa rompe la monotonía de su cara debido al recuerdo-. Sólo puede mirar hacia delante, ya que, igual que las olas en la orilla de la playa, la vida ha ido borrando sus pisadas.

<< ¡Qué injusta es la vida! Aquí estoy yo, en este frío hospital, viendo a mi mujer morirse de Cáncer. Mientras otros tienen a su gran amor al lado y no lo saben apreciar. “Tranquila mi amor, mi vida, mi destino… Este suplicio acabará pronto. Y prometo seguirte en cuanto te vayas”>>.

Ella se asoma a la ventana disimuladamente. Sólo llega a distinguir una nube de humo bajo la incesante lluvia. Porros aún sigue en el banco del parque que hay bajo la ventana de su cuarto.

Los ojos de la persona anónima le escuecen como si llorara ácido. Con las manos azuladas por el frío se acuesta en la cama tras cerrar la ventana. ¡Cómo echaba de menos estos momentos!

Pesadilla por Oly

Nado en un mar sin orilla.

Las algas están enredadas
En mis piernas.

Y veo una historia en el fondo
Oscuro, profundo, siniestro.

Los peces bailan
Al son de una música
Que yo no puedo escuchar.

Diviso un pozo negro.
Nado contracorriente
Evitando que me absorba.

Persigo un tiburón
Que recita versos de Blake.

Y nado… nado… nado…
En un mar sin orilla.

Ese mar
Era ésta habitación.
Y el agua,
Mis lágrimas saladas.

Recuerdo por una canción de jazz por Oly


Nunca nos amamos.

Sólo éramos dos locos,
Solitarios,
Fingiendo amarse
Por miedo a la soledad.


Éramos jóvenes,
Cobardes,
Mentirosos.
Escuchábamos jazz
A la luz de la pantalla
De tu ordenador.
Dos actores
Que hacían la escena
De su vida.


Tu mano,
Firme y segura,
Recorría mi cuerpo
Desnudo,
Aún más seguro.
Las notas de nuestra canción
Se enredaban en mi pelo.


¡Y defraudamos
Al mundo entero!


No nos amábamos.
Sólo éramos dos locos
Que fingían amarse.
Y se nos daba tan bien...

#3 por Oly

A veces sueño
con que amo...

Mentiras por Oly

Cada vez que sonrío,
Miento.
Cuando digo que me importas,
Miento.
Me emborracho
De palabras y música.
Y, después de todo,
Miento.
Mentí
Al mirarte a los ojos.
Mentí
En cada caricia.
Mentí
-¡Incluso!-
Al mirarme al espejo.
Camino por calles bulliciosas.
Oigo a la gente.
Miento
Al escucharlos.
Me mentí
Toda la vida
Siendo quién no era.
Y, ahora,
¿Quién me asegura
que no miento también?

#2 por Oly

Y el crepúsculo me grita:
"¡Vete, vete y no vuelvas!".
Y el paisaje cambió.

#1 por Oly

El cielo rojo
me quema los ojos
y la falta de amor.

Libertad por Oly

Cinco minutos...

Sólo tengo cinco minutos antes de que vuelva.

Mi mente se dispersa ante las perspectivas de lo que puede hacer.
Divaga... Sueña... Sonríe ante esa libertad... Visiona un futuro...
Se acuerda de aquel chiste que le contaron hace tanto tiempo... ¿O tal vez no tanto? A penas consigo distinguirlo. Para mí, el tiempo es ahora tan relativo. Se va, viene, fluye, y se vuelve a ir corriendo...

Cuatro minutos.

Me pierdo en aquel libro que leí un día. Paseo por las calles de una ciudad a la que puede que nunca vuelva. Beso unos labios carnosos que a estas alturas ya deben estar congelados. Bebo un trago de Belenos y el frío líquido recorre mi garganta. Me muero de placer...

Tres minutos.

Mi mente se impacienta tratando de elegir qué hacer. Da vueltas y vueltas. Me empiezo a marear... tal vez es porque otra vez se me ha olvidado respirar. Cuánto cuesta acordarse de eso a veces. Pienso en todas las lecciones que me han enseñado. En las clases de Filosofía del instituto. En el olor a café recién hecho. Recuerdo un acontecimiento que aún no ha pasado...

Dos minutos.

Un anciano pasea por la calle levemente apoyado en su bastón mientras yo fijo la mirada en él. Trato de urdir un plan perfecto para escaparme... Esta vez no fallará, será como en las peliculas... Río. Río a pierna suelta, escuchando mi voz varias veces. El eco la repite. Y yo río...

Un minuto...

El pánico se apodera de mi mente. Mi cuerpo se agarrota. La risa se hace aún más fuerte debido al nerviosismo.

Treinta segundos.

...Y barrieron la basura.
Y el Sol acabó con la Luna...

Diez segundos.

Se acabó. Éste es el fin. Gruesas lágrimas derraman mis ojos. Casi no puedo ver. Siento el dolor. Me echaré de menos...

Un segundo.

(Silencio).

Abajo con Hollywood! por Oly

He aquí (en la sociedad moderna) la consecuencia de las películas románticas americanas y las de Disney.
Nos pasamos la vida buscando a nuestra media naranja, y muchas veces creemos haberla encontrado.
¿Es verdad que queremos a esa persona? ¿O simplemente es nuestro subconsciente el que nos hace quererla por miedo a no acabar solos?
Durante toda nuestra vida se nos ha enseñado que:
1. Hay que acabar en matrimonio.
2. Lo peor que te puede pasar en la vida es ser solter@.
Incluso las series/películas que presumen de su modernidad y su liberación no son más que otro mecanismo para hacernos llegar la idea de que todos, y digo TODOS, sin excepción, debemos acabar siendo DOS.
Así que toda nuestra vida gira en torno a eso y a la idea del "príncipe azul" o la "princesa encantada".

Pero desgraciadamente (o gracias a Dios, más bien) la vida no es una película de Hollywood; y esperar a que la persona que quieres aparezca por arte de magia y sea "perfecta" para uno..... NO EXISTE!!!! ES TODO MENTIRA!!!!
El amor no es encontrar a la persona "perfecta", sino saber quererte a ti mismo para que los demás te quieran. Es un sentimiento egoísta, o al menos debería de ser así por nuestra salud mental.

Él no va a darse cuanta y reaccionar. Cuando le llegue la inspiración ya será tarde.
Y yo ya estoy harta de dudas. ¿Sí o no? Solo existen dos opciones. Y yo ya he elegido la mía.

Y aún así se tiene la esperanza (yo, que soy gilipollas) de que reaccione la persona interesada y no nos deje escapar. Aún sabiendo que esa opción es inexistente; porque aunque haya amor, las cosas no siempre funcionan. O a caso, por querer un Ferrari me va a caer del cielo??? Obviamente NO. Si quiero el Ferrari tendré que trabajar duro y ahorrar para poder tenerlo.
Eso es el amor, un trabajo diario y egoísta.

Así que, reflexionemos sobre lo que es verdad y mentira. Sobre lo que nos obligan a creer que es lo bueno y lo malo y decidamos por nosotros mismos de una vez.

Por lo menos yo ya me cansé de ser la "princesita encantada" y de esperar a que el "príncipe azul" se aclare para así poder seguir con mi vida.
Aunque tal vez podría hacer una locura y.......... Pero entonces ya volvería a entrar en el juego hollywoodiense y ¿no es eso de lo que estoy huyendo?

Circunstancias 5.0 por Oly

De nuevo la persona anónima se asoma a la ventana. Aunque, esta vez es a una diferente: a la de su infancia y juventud.



La Anciana sigue meciéndose en la silla que tiene justo al lado de la ventana. Desde hace mucho los años no pasan por ella. Siempre es el mismo día. Por momentos se acuerda de algo –Quién es, instantes fugaces de su vida, del niño que juega en la alfombra…- y una lágrima recorre su mejilla. Después, olvida de nuevo.



Porros fuma en el banco del parque bajo la leve lluvia nocturna. Piensa en todo lo que perdió por Eva. No solo algunos de sus dientes, sino también a Ella. Desde ese banco se ve su ventana iluminada. “Seguro que está escribiendo” piensa Porros. Da una calada más y la añora. Al fin y al cabo, Ella fue lo único real.



Al otro lado de la ciudad, los de la capital se asientan en su nuevo hogar, kilómetros más lejos de donde nacieron. Ven todo lo que han conseguido y una sonrisa se dibuja en sus rostros. Este pequeño lugar no es el paraíso pero, para los de la capital, se le asemeja.


"No puedo seguir…" se oye en un susurro lejano la voz de Valiente. "Cuando apenas me he levantado, vuelvo a caer. Dios mío, dame fuerzas para seguir".



Ella escribe a altas horas de la noche. Sabe que Porros está en el banco del parque que da a su ventana. Tal vez por eso no ha bajado la persiana. Se reprocha no haber conseguido alejarle de Eva. “¿Habrá pensado en mí?”. Ahora él tiene una familia. Y Ella… toda una vida por delante.



Abrumada por los recuerdos de su pasado, la persona anónima se aleja de la ventana. La cierra parsimónicamente tratando de alargar ese momento. Sabe que pasará mucho tiempo hasta que se asome otra vez a esa vista que nunca mira realmente.

Circunstancia 4.0 por Oly

La curiosidad de la persona anónima aumenta. Siente que su vida no tiene sentido. Por eso se asoma a la ventana y observa la nada...


Se conocieron y se enamoraron. Estaban -y, en realidad, aún están- locos el uno por el otro.
La Enamorada es una chica alocada, nunca está dos veces en un mismo punto. Siente curiosidad por todo y le encanta aprender cosas nuevas cada día. Sueña con una vida llena de aventuras.
El Enamorado es un chico tranquilo, callado, reservado. No confía en nadie, ni siquiera en sí mismo. Solo ansía una vida tranquila junto a los suyos. Una vida normal.
Nadie sabe que les unió, ni cómo llegaron a mantener una relación. Ni ellos mismos lo saben.
Lo único que saben los Enamorados es que se aman.
Hace tiempo pasó lo inevitable: la Enamorada alzó el vuelo. Se fue. Y el Enamorado se quedó.
A ambos les duele esta situación. Pero su amor es de esos imposibles.
Aún así, de vez en cuando, la Enamorada se sube a la máquina del tiempo y regresa. Allí, en esa cafetería de su vida anterior, de su vida junto a Él, el Enamorado espera el encuentro. Entonces se aman, se miran como antes. El tiempo no ha pasado...
Después, la Enamorada regresa a su vida en la máquina del tiempo, echando un último vistazo a esos ojos marrones en los que podría mirarse eternamente.
Estos encuentros fugaces sirven para que la Enamorada recobre fuerzas y siga con su vida.
Pero, por momentos, duda que estos viajes al pasado sirvan de algo, salvo para alimentar una esperanza de algo que nunca va a llegar: una vida junto al Enamorado. Él tiene la vida que siempre quiso: una novia formal, un trabajo estable, los amigos de siempre... Una vida normal. Y Ella sabe que jamás podrá amoldarse a eso.
Solo le quedan esos pequeños instantes en los que viaja al pasado mientras trata de inventar una forma de estar junto al Enamorado... Aunque, en el fondo, sabe que ésta no llegará nunca.


Un suspiro llega a la ventana de la persona anónima. Sabe que es la Enamorada tratando de dar con la solución mientras el Enamorado sigue con su vida normal. La persona anónima piensa en lo mucho que le gustaría ayudarla. A sabiendas que es imposible, cierra la ventana una vez más.

Circunstancias 3.0 por Oly

La persona anónima se asoma a la ventana una vez más, esperando conocer lo que nadie dice.
Esta vez, ve algo que le impide llevar la vista hacia otro lugar. Así que se sumerge y deja que fluya…
Valiente vuelve a llorar sobre un folio en blanco. Sigue sin encontrar las fuerzas necesarias para seguir. Se repite una y otra vez que saldrá adelante, que esto pasará, que es solo una mala racha… ¿Pero una vida entera de mala racha?
Su madre, sus amigos, sus conocidos… todos tratan de decirle lo que debe hacer. Pero ella ya lo sabe. Sabe lo que debe… pero no si quiere.
Esto es nuevo para Valiente. Esta vez no depende solo de ella… ¿o sí? Si así fuera no sabe qué hace aún en ese mismo lugar de hace meses. Se desquicia, se pierde, llora, se vuelve a perder un poco más, se exilia… Empieza a pensar si de verdad merece la pena.
Valiente mira todos esos libros, esas hojas llenas de letras que no llega a comprender.
Y vuelve a mirar ese folio en blanco… Son tantas las palabras con las que lo llenaría. Eso es lo que ella quiere. Escribir, sin más. Nada más le hace falta.
Pero, desgraciadamente, de eso no se vive.
Sabe que pronto tendrá que volver a la realidad. Hacer lo que debe y no lo que quiere, dejar de luchar. Convertirse en una más del rebaño.
Algo en el interior de Valiente le dice que no, que aún es pronto, que no pierda la esperanza. Que es la gente como ella la que hace historia, a la que se recuerda siempre.
Se recuerda siempre sola.
“Valiente puede con todo”, es la frase más oída en su vida. Pero, ¿y si no? <>, piensa Valiente.
Aunque sabe que no es cierto. Ella es incapaz de tener a alguien junto a ella, al menos no por mucho tiempo. Todo el mundo que conoce se conforma con una vida tranquila, junto a los suyos. Pero Valiente no. Lo que quiere, en realidad, es una vida sin seguridad, sin lugar fijo, guiándose por sus sueños y su deseo, sin reglas. Pero ahora se ve incapaz de volver a volar.
Tal vez, Valiente no sea como su nombre indica…
Tal vez, su pasado le gane la partida…
Tal vez, al final sí que pase algo…
Las lágrimas recorren la cara de la persona anónima. Estos pequeños incisos en su ajetreada vida le llegan al corazón, le empapan lo más profundo de su ser calándole de por vida. Se jura que la próxima vez que se asome a la ventana, dejará más tiempo para cada historia que observe. Se aleja, pero esta vez no cierra la ventana. Prefiere dejar entrar toda la vida que hay allí fuera.

Disertación por Oly

Mirando hacia atrás en mi vida, todo parece soñado.
Todo lo vivido, toda la gente que conocí... A penas si puedo ver sus caras con nitidez en mi memoria.
Pensar que una vez viví todo aquello... Ya no distingo lo real de lo que no lo es. Y eso me produce un enorme dolor, tan profundo que he aprendido a convivir con él.
Aunque, a veces, como ahora, me falta el aire y me cuesta respirar y es como si yo fuera despacio... Como si todo a mi alrededor hubiera aunmentado su velocidad y yo siguiera a las mismas revoluciones por minuto.
Y una vez más, todo es un sueño...
Como en las películas, aparece con los bordes difuminados para que los espectadores comprendan que no es más que un sueño del personaje. Y al igual que en esas escenas, yo, como personaje, no averiguo que es solo un sueño, mientras todos a mi alrededor ya conocen la trampa y prosiguen con sus vidas.
¿Qué debo hacer?
Seguir soñando o despertar de una vez...
Pero puede ser tan grande la caída que incluso me llegue a matar. Y si así fuera, ¿cómo diferenciaría si es sueño o realidad?
Aunque, bien pensado, daría igual, pues, confudiéndolo con un sueño, seguiría igual que hasta ahora: soñando. Y si lo tomara por real siendo sueño, me dejaría morir.
Al final, todo lleva a lo mismo.
Me siento como Segismundo o Don Quijote, muerta en vida, pero viva en sueño.
Loca de tanto soñar o, mejor dicho, vivir un sueño del que no tengo conciencia como tal, sino como de algo real que está por encima de mí y que nadie podrá llegar a comprender.
Miro las fotografías de la estancia.
¿Quién es esa gente?¿Quién soy yo? ¿Es real o sólo es creación de mi alterada imaginación? Si fuera esto último, ¿cómo se ha materializado de esa manera? Tiene clara explicación: al no ser más que una ensoñación, la "magia" es el gran poder que realiza actos tales como éste para que el personaje no descubra su verdad.
La inmensa verdad de su vida: que todo es mentira, que lo material no es más que meras sombras que se desvanecerían al contacto con la realidad, que su vida no existe y, por tanto, el personaje, el soñador, yo, tampoco.

La basura del poeta por Oly

Basura tirada en la calle.
De la Luna, la belleza
Por el Sol oculta. Tristeza.
Silencio hasta que mi interior estalle.
La batalla por sobrevivir.
¿Morir o adelante seguir
Como una mierda que ensucia el camino?
El camino que la gente pisa
Sin mirar a un lado u otro del Destino,
Cegados por encima de su risa.
Sin escuchar mi canto triste.
Triste, mi lamento sordo.
Y pudriéndome en la cuneta,
Haciendo que no me viste.
Fija la mirada, quieta.
Así toda la vida,
Como una piedra más de la ruta.
Todo el mundo me esquiva,
Todo el mundo se asusta.
Y sin ilusiones ya,
Perdida en mi soledad,
Luchando por salir adelante.
Por salir de este pozo sin fondo
Que, poco a poco, se vuelve más hondo.
Acabé siendo una persona más.
Una más que no supo salir
Del enorme pozo sin fondo
Donde acabó su trágico sentir.
Una mierda menos.
Una menos a quien compadecer.
Guárdate tus palabras para el ayer,
Hoy todo acabó así.
Y barrieron la basura.
Y el Sol acabó con la Luna.
12 de Noviembre del 2002

Circunstancias 2.0 por Oly

La persona anónima vuelve a mirar por la ventana de su cuarto después de tantos meses.
La localización ya no es la misma, pero ella mira fijamente igual, hacia ninguna parte...
Valiente llora delante de un folio en blanco. Su vida ha cambiado tanto que solo consigue pensar una cosa: "¡Quiero que mi vida vuelva!".
Caminando solo hacia el colegio, el Futbolista piensa en lo que le depara el día de escuela. Matemáticas, lengua, historia... se alternan con las cosas que aprende de sus compañeros de recreo, entre gol y gol. No comprende por qué al resto del mundo le resulta tan difícil vivir en armonía cuando unos niños de ocho años y diferentes culturas comparten risas, bocadillos y equipo de fútbol en el recreo.
Una vez más, la Enamorada y el Enamorado se reúnen en el bar de su vida anterior. La máquina del tiempo sigue uniéndolos a pesar de los cambios.
"Tengo que hacer la compra, llevar al niño al dentista y asegurar la llegada a fin de mes sin que el Imbécil me pase la pensión. Rara vez se acuerda. -Trabaja- me dice. No se da cuenta que es por su culpa que no sé hacer nada, que la vida perdió el sentido hace años."
Pero la vida de Valiente no vuelve, ni lo hará nunca. Se ha obsesionado tanto con sus pérdidas que no es capaz de ver todo lo que le queda aún por ganar. Pero lo hará. Así es Valiente.
Una vez más, la persona anónima cierra la ventana. Se promete sacr tiempo de su ajetreada vida para volver a mirar lo que sea que siempre mira.

Soñar es gratis... por Oly

Alguien dijo una vez de mí que yo creía en lo idílico.
Ahora me doy cuenta - realmente me ha costado mucho- de que es lo más cierto que nunca han dicho sobre mí.
Creo en la amistad que es capaz de todo, que está por encima de cualquier cosa. Porque, al fin y al cabo, ¿no es eso lo que significa? Al menos en un mundo idílico (el mío), así es.
Creo en el amor que desgarra por dentro, que vuelve a la persona más cuerda en un demente, que hace vibrar todo tu ser. Pero, ¿quién podría describir verdaderamente el amor y lo que se siente con él? Ese es el amor que yo quiero: indescriptible.
Creo en una vida libre, que pueda ser vivida bajo las convicciones de uno mismo, que se respete y respete a las demás, que no esté limitada en sus sueños por lacras materiales tales como el dinero o la condición social. Ésa es la vida que se defiende hoy en día, al menos en el papel. Pero, ¿dónde está en realidad? En el pensamiento silencioso - o silenciado- de algunos, como un sueño.
Eso es lo que soy yo: una idílica, una soñadora, una idealista.
Y, como escribió Calderón: "Los sueños, sueños son"; y los idealistas, los soñadores estamos condenados a la soledad. No tenemos a nadie más que nos acompañe en nuestro mundo idílico; pero debemos seguir luchando por lo que creemos, porque eso es lo que realmente somos... A pesar de que ello implique estar SOLOS.

Esperanza por Oly

Iba sentada en el metro. Tan normal que absolutamente nadie se fijaba en ella; unos 40 años de edad, pelo teñido -seguramente debido a las incipientes canas-, blusa holgada y pantalones de algodón y, entre sus manos, la Biblia.
Nunca había creído en nada de lo que predicaba la Iglesia Anglicana, a decir verdad tampoco ahora lo hacía.
Hacía unas semanas que, entre los artículos escolares de su hijo menor, había encontrado la Sagrada Escritura. Le llamó sumamente la atención, pues no tenía conocimiento alguno de que su hijo acudiera a clases de Religión. A pesar de su poca creencia en tales temas, sintió un asomo de esperanza que recayó sobre la vida de su pequeño como el milagro de la vida.
Como buena madre moderna, no comentó nada con el niño sobre su hallazgo. Decidió guardarselo para sí. Tampoco comentó nada con su marido o sus otros dos hijos, ni tan siquiera con su amante. Pero, aún no sabe por qué, no dejó el Libro en su sitio, sino que lo guardó consigo. Y, al día siguiente, cuando fue a trabajar se lo llevó consigo.
La cosa empezó solo por ojearlo, por si había algo escrito en Él. Pero nada.
Su hijo menor tampoco comentó nada a cerca de la desaparición de su Biblia, tal vez por vergüenza, tal vez por desconociemiento, tal vez porque le daba igual.
La mujer tomó como hábito el ojear un poco todas las mañanas, de la que iba al trabajo, un poco de ese Libro que le había dado tantísima esperanza sobre la vida de su niño.
Esa esperanza venía dada porque la mujer, desde el mismo instante que nació, supo que era un ángel. Y ahora su teoría se confirmaba. Ese hijo fue el que salvó su matrimonio; a pesar de no tener certeza de que fuera de su marido. Y, aunque parezca contradictorio, la unió aún más a ese hombre con el que desde hacía años compartía furtivas miradas. Alimentaba la teoría de que el ángel de su hijo pudiera disfrutar de una vida mejor, lejos de todo lo material que tanto daño nos hace, lejos de la hipocresía de esta enorme ciudad, lejos de los atentados, los disparos infundados a inmigrantes, la desconfianza de dar la hora a alguien por miedo a que te roben, lejos de la maldición de las nuevas tecnologías...
Ahora mismo una lágrima recorré su mejilla mientras lee el Evangelio de San Juan.
Exactamente tres minutos depués, se bajará del metro en la parada de Chancery Lane y desaparecerá de mis vista para siempre.
En todo el trayecto no crucé ni una palabra con ella, a penas si la miré entre las tinieblas de mi ajetreada vida. Pero solo por un instante en que ella levantó los ojos de la Biblia de su hijo pequeño, nuestras miradas se cruzaron y esta historia llegó a mí.

Circunstancias 1.0 por Oly

Una persona anónima en una ciudad extraña mira por la ventana.
No ve excepto cosas anodinas, y sin fijar la vista en ningún punto concreto sigue ahí, observando el infinito.

Una niña juega con sus muñecas en el jardín de su casa. Todo su mundo gira alrededor de una Barbie rubia y de medidas perfectas. Cierra los ojos y se imagina siendo así de hermosa... Pronto se da cuenta de que su muñeca no es real, es de plástico. Entonces comprende que ella es más hermosa que su Barbie.

"Pásamela". Es lo último que oye él antes de ser cegado por una inmensa luz. Se enamoró de ella cuando solo contaba con 17 años. Dió su mundo: amigos, familia, novia, estudios... por ella. No ha recibido ni las gracias por tanta dedicación. Solo el beso frío que, en ese oscuro callejón, lo ha conducido -por fin- a una tranquilidad infinita. Dime, tantos años amándola, ¿han merecido la pena?

Se encuentran en el bar de su vida anterior. "No has cambiado nada" dice el Enamorado. Realmente ninguno de los dos han cambiado. Las mismas miradas, el mismo amor, la misma pasión... "He viajado en el tiempo solo para robarle un día más a tu lado" susurra la Enamorada. Los mismos sentimientos una vez más. Nadie sabe qué les une. Son tan diferentes que no consiguen hallar la forma de estar juntos. Pero no importa, se aman. Al final del día, la Enamorada vuelve a la Máquina del Tiempo, pero antes da un último vistazo a su Enamorado -sentado en una mesa del bar de su vida anterior- y se jura a sí misma que algún día encontrará la forma de estar a su lado.

El Impaciente se ríe con sus amigos en una terraza. Lorenzo calienta las cervezas casi al momento de llegar a la mesa, pero todos beben igual. Al fin y al cabo, solo son adolescentes. Cuando vuelva a casa, el Impaciente sentirá algo en su interior. No sabrá qué es, no reconocerá a la Soledad en su interior. Negará lo que siente y se dormirá profundamente. Cuando se levante todo quedará olvidado... hasta la siguiente noche.

"Me levanto de la cama de mi amante sigilosamente. Mi marido debe estar llegando a casa y debo volver. No quiero que piense que no soy feliz con él. Ni que nadie lo piense tampoco. La verdad se quedará conmigo... y con el hombre y la vida -o, ¿debería decir el tiempo hurtado a la vida?- que se esconden bajo esas mantas. Lo importante es aparentar, que los demás se crean lo que actúo, y tal vez -solo tal vez- algún día pueda dejar de fingir".

La persona anónima deja de mirar por la ventana. Mejor dicho, deja de fingir mirar por la ventana. La realidad la arrastra hacia su vida... una vez más. El consuelo es que eso que fingía mirar seguirá ahí cuando vuelva.