lunes, 21 de enero de 2013

"Mens aegra in corpore sano" por Oli


Nunca pretendí llegar tan lejos…
Recuerdo todos los sueños que he tenido. ¿Dónde estarán ahora? ¿A dónde se los habrán llevado?
Me los imagino encerrados en preciosas y brillantes esferas de cristal, colocados ordenadamente – según mi entrega a ellos – en estanterías de madera de fresno. ¡Que bien huele! Y, mis demonios los observan, complacidos, orgullosos porque me lo han quitado todo.
¿Qué hacer cuando ya no esperas nada, cuando ya no quieres nada?

Este cuerpo desobediente mío se empeña en seguir viviendo. No importa cuánto dolor le inflija ni cuánto lo maltrate… Se empeña en seguir, en aplazar lo inevitable.
Me hace seguir viviendo en un tormento perpetuo mientras los demonios contemplan, a un lado, mis sueños robados y, al otro, mi lento vagar por este infierno helado.
Pero mi cuerpo aguanta…
Tal vez sólo espera a que llegue ese momento de sublime inspiración donde todas mis Obsesiones implosionen reduciendo a cenizas todo lo que una vez fui. Tal vez sólo quiera dar a mi mente el final que se merece.
Si es así… ¡aguanta valiente! Esperemos que ese momento no sea lejano y podamos descansar en paz – por fin – en el mundo al que de verdad pertenecemos: el de los sueños, el de lo irreal, el de los recuerdos.

Mientras tanto seguiré vagando por este lugar congelado. Seguiré drogando mi cuerpo con palabras y con música, y seguiré manchando mis manos con tinta… Hasta que llegue el momento del Último Vals.

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